viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Globalización de la indiferencia?

Por MALEV

Mientras en últimas noticias se habla de que los educadores andan acosando a sus alumnos (sexualmente), y los políticos (padres de la patria) siguen robando, y tantas cositas dan para que este sea llamado el país más feliz del mundo, aunque también podría ser el país más hipócrita del mundo, y nuestro Papa diga algo por fin razonable "la globalización de la indiferencia", es cierto que en mi circulo de seguridad distingo a alguien muy importante YO. Bueno y mis hijos y demás familia, pero puede ser cierto, voy por la calle y el número de gente que pide limosna ha aumentado y aquellos que sienten culpa y alimentan la esperanza de salvarse del infierno por dar una limosna también estiran sus manos. La indiferencia quizá consiste en eso de que no le hagas caso a tu vecino, ni ofrezcas ceder el puesto a alguien, o quizá no le digas la verdad a tu esposo(a), o a tus amigos. No olvido lo que me decía mi amigo César Vélez: hay que dar para recibir, a él siempre le gustaba saludar a toda la gente que se encontraba por su paso, unos le contestaban y trataban de reconocerlo, otros solo hacían una mala cara y huían, pero quizá el acto más grande que hizo fue lo que Jesús algún día califico como penitencia absoluta: dar la vida por alguien. Mi amigo César cometió muchos pecados, pero nunca fue indiferente al mundo y a sus amigos, estuvo allí hasta el último momento en que le toco decidir que para resucitar debía morir primero y para salvarse tenía que sacrificarse. Es el tipo de gente que hoy reclama el mundo.   

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