miércoles, 29 de noviembre de 2017

UNO SE TERMINA CASANDO PORQUE NO SE CONFÍA EN EL AMOR

Por Charlie


Quedé viudo de mi primera esposa, pero también dada su insolencia de adherirse a mi solo por el interés y quitarme lo que acababa de heredar creyó ella me moriría sino de pena si de pobreza, se equivocó. Hice la promesa de no volver a confiar en mujer alguna e inclusive para vengar el delito acontecido hice la intención de enamorar a una chica y dejarla sin más. Eso hacen ellas y uno tiene que sufrir además del abandono con pensar el por qué fue eso. Ni pensé que el amor volvería a mí en forma de una madre soltera que arrastraba un terrible pasado que se aclaro cuando cada quien puso frente a sí su baraja, y ya no pude soportar más porque ella quería irse a vivir a otro lado con el amor de su vida (su hija) y nadie más; fue como en las películas que tuve que partir a perseguirlas por medio mundo e intentar que volviesen a mí y mi corazón afligido. Fue una descomunal batalla de tiempo y distancia, y después de todo pude poner la sortija en esa chica y prometer un hogar para su hija. Hasta ahora que lo pienso no me arrepiento de nada y creo tomé la decisión correcta. Al fin creo que uno se termina casando por asegurar que el amor seguirá allí al menos en virtud de un contrato y aspira a que prospere esa frase muy ilusa a veces "hasta que la muerte los separe"


lunes, 27 de noviembre de 2017

UNO VIVE ASÍ PARA LUEGO TENER ALGO QUE CONTARLES A LOS NIETOS

Por Charlie

Me arrodillé pensando que el tipo se iba a abrir la bragueta y sacar su miembro y convencerme de chupárselo, pero no , lo que sacó fue un arma y me apunto directo a la frente.

El César era adicto a crear conflicto y pelea por todo, y no era culpa de él, así parecía se lo ordenaba su perfil genético, lo único que le tranquilizaba siempre era que hubiese una mujer bonita. En más de una ocasión terminé con él rodando por el suelo y degustando el sabor del polvo, no contento con ello el César se pensaba digno contrincante de luchadores profesionales y tipos con suscripción de por vida al gimnasio. Uno de aquellos días le convencía para ir al gimnasio con la promesa de que allí siempre se encuentran mujeres exuberantes, me mordí la lengua cuando no vimos a ninguna e incautos si vimos a unos hombres deformes intentando nivelar sus esteroides y anabólicos. No fue sino cuestión de tiempo cuando tuve que intervenir para que el César se atreviera a retar a un tipo a levantar pesar y de paso acabar con el brillante piso, cosa que al señor administrador poco le gusto y la pelea iba a suceder si por la intersección de la diosa Eva aparece una señorita con la cadera en forma de corazón y un escote tan profundo como el Everest. El César se apacigua e insiste en pagar los daños y los perjuicios y se marcha a ayudar a la digna señora a cargarle peso a una máquina y a flexionar aquí y allá. Defraudado por el escaso estado físico me voy a casa mientras el César aparece al rato con moretones en la cara y serios rasguños en la espalda, diciéndo no más que en realidad la tal señorita era una travesti envestida en una licra que le ocultaba sus rasgos y perpetuaba las operaciones, - ¿la pelea no se pudo evitar entonces? - le digo intentando no parecer que me moría de la risa y él quizá entre confundido y avergonzado se consolaba - uno vive así para tener algo que contarles a los nietos -

viernes, 24 de noviembre de 2017

TIRO LOS DADOS ENTRE SUS PECHOS

Por Charlie

Se equivoca el que piensa que los Artistas son seres serios o indelicados, yo lloro a cada rato y por todo.

Siempre he perdido en los juegos de azar, y creo a nadie le gusta perder, sin embargo soy de a buena suerte en el rito de la seducción, está vez aliento al César para ir al Casino a perder unas monedas y de paso echar una escogida de alguna chica sin plan, justo ese día o más bien esa noche alumbra en mí esa suerte esquiva que acierta una y otra vez en la ruleta, el Blackjack se me hace fácil y los dados ruedan y se detienen en el siete una y otra vez. El César prueba haber si las cosas han cambiado y trata de seducir a unas chicas que resultan unas culebras dispuestas a limpiar los bolsillos de los clientes. Y cuando los circuitos cerrados de televisión del lugar están atentos en mi persona lo juego todo a los dados, tengo el turno y amarro en mis puños los dos pedazos de plástico, soplo y miro al cielo. El César esta ebrio, algo en los labios de sus acompañantes le han intoxicado, y él se da cuenta y comienza el escándalo, y como siempre comienza una pelea, las mesas y sillas cambian sus poses y unos tiran copas los otros botellas, y tiro la mano a las fichas, pero ya no están, igual los dados se me escapan y por lo menos quiero saber en qué caen, pero la suerte vuelve a mostrarme su lado obtuso y los dados van a dar al escote de la Valet de la mesa y creo termina sobre sus pechos. Pierdo todo en medio de la trifulca y apenas horas después encuentro al César a gatas, nos incorporamos y nos vamos tan pobres como cuando entramos, queremos dormir para olvidar. Pero ya afuera una aparición nos acomoda la noche es la Valet del Casino que viene y me incita a mirar dentro de su escote en qué terminaron los dados: cinco y dos ¡siete, la casa pierde! pero yo gano y aunque sin fichas esa noche me pude cobrar en especie el premio entre los brazos de la chica a la que le conté dos docenas de lunares, uno por cada ficha que perdí.     

miércoles, 22 de noviembre de 2017

MAS ALLÁ DEL SUELO NO PODEMOS PASAR VIVOS

Por Charlie

Ojalá pudiésemos resucitar en seres de luz, que no nos duela ni el estómago ni la cabeza.

"El Aviador" le llamaban, lo conocí en Cali, ciudad hermosa de Colombia, era un tipo obsesionado con volar, envidiaba a las aves, y su mirada siempre se perdía en los cielos, era como si anduviese siempre elevado. Se lanzó un día de un puente y quedo nueve meses agónico, postrado en una cama, con los ojos en blanco como las nubes y con el espíritu azulado. No soy capaz de recordarlo así, prefiero contar más bien que "El Aviador" saltaba de alegría cuando el César prometió que nos invitaría a un paseo en un avión. Mi temor entonces eran las alturas, pero con la valentía que otorga la vergüenza me subí a un bólido con alas junto a mis dos amigos y en broma presagiábamos que el paseo no iba a terminar tan bien, en efecto nuestro amigo "El Aviador" quiso en más de una ocasión abril la puerta e inclusive se puso frenético y violento. Al César le consulté si había sacado a aquel tipo de algún hospital Psiquiátrico y en efecto eso lo confeso con la mirada baja y una angustia existencial latente - Es mi amigo - dijo a modo de disculpa. Años después recibo un llamado y parto presuroso a la urgencia siendo que mis amigos estaban en una cárcel por culpa de un avión, en el viaje me llego a imaginar cualquier cosa, menos que se trate del César y "El Aviador" quienes han sido arrestados por llenar la ciudad con aviones de papel ¡están locos! les digo. "El Aviador" nunca dijo nada, solo hacía aviones de papel de diferentes modelos que los niños le compraban en el parque y se iban a comprobar que si volaban. El César andaba detrás de "El Aviador" recogiendo los aviones y diciéndole cuántos faltaban recoger. Yo los saqué de la cárcel pero nunca pude sacarles de esa jaula que parecía ser su mente. Adiós chicos prometo volar con ustedes la próxima vez... 

lunes, 20 de noviembre de 2017

UN POETA CON CARA DE TAPA

Por Charlie

evocando estos recuerdos muy lúcidos ahora recuerdo que el Emperador César me muestra un papel, pensé se trataba de una carta de amor o lo más grave un examen médico de grado positivo, ninguno de los anteriores, era un trozo de papel que invocaba a quién tuviera mente a leer n-a-d-a-í-s-m-o. Supongo vino a bordo de un rayo de luz como Prot, pero este era un ser distinto, alguien al que quizá le fue dado un cuerpo que no era compatible con su espíritu, un tipo que no era listo, era más bien un ente, alguien que en el fondo sabes que sabe alguna verdad pero no nos la dice. Lo llamamos Tapita por su apellido insigne, pero él se dijo ser el XeranteX loco del Quijote; en seguida nuestras noches tuvieron ese picante pleno que te hace hablar y hablar y en lugar de ya esperar al amanecer esperábamos el final de la obra que leíamos, y entonces tanto tiempo cobro sentido. Conocimos el Kamazutra ilustrado, el Corán, La Biblia y miles de acertijos en plena evolución y nuestros dedos se encalambraron de tanto jugar ajedrez. Aprendimos a escribir y a leer como nunca no lo enseñaron en las escuelas, pudimos revivir a los autores suicidas por sus obras, y además comenzamos a pasar por debajo de las puertas nuestros textos más osados que invitaban a la insurrección del todo y la adhesión a la nada, solo así vimos que nuestra presencia y trasnocho tendría algún sentido.     

viernes, 17 de noviembre de 2017

NIEBLA DE UN VAGABUNDO

Por Charlie

Con el perdón de Miguel de Unamuno y su obra Niebla.

Se trasnochaba sin Ley ni orden, al amparo de las lámparas y hablando con el vagabundo o la puta, se aprendía en la calle a la madrugada el arte del bostezo y el aburrimiento, pero también se era espectador de peleas, infieles atrapados en el acto y ladrones atrevidos. Con el emperador César íbamos de calle en calle, a veces distribuyendo volantes de publicidad de una lavandería, o a veces tarjetas de los antros de perdición donde en pago a nuestros servicios publicitarios nos daban una hora cronometrada con alguna chica. El trasnocho te asegura que tu cerebro se canse y empiece a alucinar y entonces te armas unas historias tenaces, puedes incluso perder el miedo y hacerle a las damas una declaración de amor poética o puedes crear tus propias fantasías, el sueño a veces no se soporta y terminamos caídos en alguna esquina como borrachos soñando con una cascada, o para su defecto arrestados por vagancia ocasional o conducidos en alguna ambulancia que nos deja tirando en el hospital donde nos diagnostican que padecemos de algo mortal llamado vida. Muchas personas creían que nuestro delirio era encontrar la muerte en un acto desenfrenado, tratando de defender a alguien ganarnos una puñalada o quizá sofocando un incendio lanzarnos a las llamas, o poniendo el pecho (o el culo) por la puta maltratada, pero nada de eso queríamos a toda costa que la bala perdida ya disparada no nos encontrara, encontrar en medio de la noche una bella sonrisa, o descifrar en los rostros de los que poco tienen la esperanza de que un nuevo día será más prometedor que el hoy, así seguimos hasta cansarnos de buscar mérito en el trasnochar pero el sin sentido de esto hacía mella en nuestros espíritus y de no ser por una aparición en medio de la niebla, hubiésemos claudicado de todo... 

miércoles, 15 de noviembre de 2017

LIBÉLULAS SOBRE ELPANTANO

Por Charlie

El emperador César me dio la venía para vengarme de la empresa licorera de este planeta, ayudándome a robar uno de los camiones en que distribuían el veneno que no solo acabo con la vida de mi mamá, sino que a esa fecha había acabado con media docena (hoy ya son una docena) de amigos; la aventura ya le he contado antes, aunque quizá la única venganza que me lleno fue que en adelante llenamos las botellas con agua y a la vista de las otras personas bebíamos sin milagrosamente embriagarnos. Aunque el emperador era más atrevido y decía que tenía la idea de erradicar de una vez con la industria de las licoreras. ¿Cómo?... Y entonces al emperador se le metió la idea de que el alcohol se quema con una llama invisible y para probar su método en frente de un pantano encendimos fuego sobre el agua y la magia surtió. Lo que entendimos luego el efecto no se debió al alcohol, sino al gas propano fruto de la putrefacción del barro que era lanzado afuera en burbujas. Pero el experimento surtió en la medida en que vimos libélulas escapar de ese fuego invisible pero devastador y eso era lo que en adelante teníamos que hacer, huir del alcohol y tratar de salvar a la mayoría, inventamos una nueva manera de estar ebrios: el trasnocho. 

lunes, 13 de noviembre de 2017

COGITO ERGO MOON

Por Charlie

Lo primero que hice fue donar todas las botellas a los hippies para que hagan sus bombas molotov o las utilicen de floreros. 

Me volví a enamorar y me casé.

Conseguí un trabajo y me propuse salir adelante acumulando años y dinero.

Sin embargo entre pecho y cuello todavía había un nudo, algo que estimaba pendiente de hacer y a todas horas me daba vueltas en la cabeza.

Diría que una voz celestial bajo de la tarima y vino cerca a mi a susurrarme que todo era perfecto, pero que el arte dramático se trata de ello, de experimentar el drama y estar listo para lo que pueda ocurrir.

Abdiqué de cuanto concepto tenía, me puse a aullar a la luna y a silbar al sol, me convertí en un ídolo insensato que no tenía por qué explicar por qué hacia las cosas, profundicé en mi y llené las botellas de agua en lugar de licor e incité a la duda.

Creo ya conté como conocí a César, al Cabo a el Tapita, a Aleja, espíritus errantes en medio de la duna de posibilidades, creo no me arrepiento de nada salvo haber perdido tanto tiempo vertiendo el contenido de una botella en una copa ¡por nada!  




viernes, 10 de noviembre de 2017

REMEDIOS PARA LA ADVERSIDAD

Por Charlie

¡Hola Carlos! dijeron al unísono ante mi saludo. Los Alcohólicos anónimos no son tan anónimos afuera hay un letrero grande que los anuncia y al frente un bar ¡qué bonita cosa!, mis compañeros de vicio contaron desgarradoras historias como si con eso alguien iba a coger escarmiento, tres sesiones más y hasta tuve el atrevimiento de llenar una botella de agua con licor y en frente del terapeuta tomar sorbos. Renuncié a las sesiones y cuando iba directo a la calle vi en el tablero de corcho un anuncio que invitaba a tomar clases de actuación en arte dramático, oh! sorpresa cuando me vi inmerso en la fila que era equivocada en el teatro y al fin alguien me hizo llenar un formulario cuya pregunta más grave era ¿A qué se dedica actualmente?. En el grupo había una pelirroja de risos que destacaba por su belleza, en mi mente la puse desnuda y dándome placer ¡nada!, el tutor un tipo más bien raro que usaba un piyama y que al parecer no se podía quedar quieto nunca, serpenteaba y nos encomendó un papel a interpretar, y a mi me tocó interpretar a un ebrio ¡pardíez!. Luego de la muerte de mi madre por culpa de una cirrosis ocasionada por su afición a la bebida me trance en una profunda crisis existencial, algo parecido a la depresión que los médicos no supieron diagnosticar, y para la cual a cualquiera que le ocurra le tengo dos formulas: o bien se va de viaje o se pone a estudiar. Yo hice el viaje y me sirvió un poco, pero recaí en la tristeza, así que me puse a estudiar teatro y al parecer sirvió, y pude llevar a la pelirroja a la cama y enterarme de que era abstemia hacia el sexo ¡vaya!, años después supe ya tenía cuatro hijos y tres maridos, creo hallo un método de procrear sin la necesidad de sexo, todo cambia y todo al parecer se adecua a lo que uno necesita.   

miércoles, 8 de noviembre de 2017

LOS ÁNGELES DE MI SACIEDAD

Por Charlie

El Médico dice con facultad - Si quiere lograr una erección debe dejar el licor -

Como para él es tan fácil decirlo y yo soy el que trata que dos vicios comulguen: el licor y las mujeres, esto de abrir la boca es fácil pero tratar de entrar de nuevo a una vagina se me viene complicando.

A la salida del consultorio del doctor me sorbo la primera botella y regaño al dependiente ¡esto supo a agua!, la calle se ve distinta, hay chicas ejecutivas y colegialas, hay para escoger, en el andén espero la luz del semáforo, alguien me reconviene que como no hay luz, no hay semáforo, en el puesto de revistas escojo unos ejemplares pornográficos más vulgares, la viejita que atiende se sonríe y libera su picardía con un "se va a dar gusto" y yo bravo le digo ya yéndome "yo me acuesto con quién quiero". Ya entrando al apartamento el Celador me alcanza y me cobra lo de la administración, le obsequio además una revista y una sátira constructiva "usted mijo sabe que el que vigila por las noches este edificio soy yo" y el tipo sabe que es cierto, me suelo sentar en mi balcón desde donde vigilo la entrada y salida de las personas. Pudiera chantajear a todos y cada uno de los que viven allí con solo desearlo, sé por ejemplo que el Juez del piso primero cada fin de semana se queda solo para llamar a domicilio a prostitutas, su hija tiene un novio vicioso y su mujer un amante, ¡la familia perfecta!; los del piso dos son una pareja de esposos devotos de la clandestinidad de las apuestas, empeñan hasta la honestidad para jugar en un casino cercano, sus hijos viven gracias a sus abuelos; yo vivo en el tercer piso y soy un solitario con vicios excéntricos, la chica del cuarto piso dice criar a su sobrino pero miente es su hijo, tiene un novio que distribuye droga. La hija del Celador apenas casada suele subir a llorar a la azotea, su marido la golpea. 

No me importa si ya no tengo una erección, yo vivo del fracaso de los demás ese es mi real vicio, esos vecinos son mis ángeles porque me dan a entender que lo mío no es nada.

lunes, 6 de noviembre de 2017

PÚDRANSE

Por Charlie

7.30 a.m. tengo una jaqueca terrible, mi sien repite el latido del corazón, una vena recorre mi frente, creo que puede ser síntoma de que mi presión a aumentado, el sabor del alcohol se empieza a evaporar de mi boca, llego a mi edificio e ingreso por el parqueadero, en eso la chica del quinto piso se afana de meter las loncheras de los niños a el auto - va tarde - me digo, y le colaboro a poner las cosas en orden en el baúl, ella primero se asusta al verme aparecer en ese deplorable estado, quizá se pregunte si me atracaron o tuve un accidente, así luzco, en mi mente solo hay la intención de apenas me de la espalda manosearla un poco. Reprimo mis impulsos, soy un hombre casado con la bebida y a ella no le seré infiel. Me voy, y subiendo en la escalera me encuentro con otra chiquilla que me tiene loco, la del cuarto piso, huele aún a virginidad en capacidad de evaporarse como mi alcohol, por poco chocamos y apenas me alcanzo a sostener de su mano, la misma que me deja un aroma a fresitas que me excita y luego me embriaga; y como no todo es sexo y licor en mi vida, por estar pensando en todo y en nada he pasado derecho a la azotea y ahora me debato entre si bajar hasta mi apartamento o aprovechar la subida y suicidarme un poco. dice el Psicoanalista que lo mío no es cosa de alcoholismo si no de soledad, quiero buscar con quién beber. Me siento en un rincón a la espera de que algún milagro se suceda, me arrepiento no haber traído una botella para beber en esta soledad, de repente descubro que la hija del portero cuelga una cortinas que se afana a anudar sobre los cables para que el viento no las arrebate, me ve y siente lastima por mi. Y yo siento lastima por ella que recién se casó y comienza a ver que eso no es cosa de abrir las piernas. Termina su tarea y me brinda su mano ayudándome a incorporar, no vale la pena tirarse desde la azotea ese día, el clima es perfecto, hay belleza por doquier, antes de irnos los dos de allí enarbolo mi dedo medio y convido a los dioses del olvido a que se marchen ¡púdranse! les digo.  

viernes, 3 de noviembre de 2017

UN METRO DE TELA PARA EL FAKIR

Por Charlie

En mi época de alcohólico me acuerdo de haber aguantado de ira al baño a echar por la borda el alcohol recién bebido y estar a punto de estallar, era un estado eufórico y a punto de estallar luego de una noche de estar solo sin que nadie pregunte el por qué de mi afición y sin a quién importar, me voy a levantar para ir a vaciar litros y litros de orina fermentada por el tiempo, cuando una chiquilla llega y se me lanza hasta caer sentada en mis rodillas y no puedo impedir tampoco que mi serpiente, pene o cosita expulse un chorro de líquido traslúcido que de inmediato me moja el resto de entrañas y que por primera vez se porta así ante una dama que divertida intenta levantarse pero esta más ebria que mi persona. Mis manos le colaboran y en eso le toco su pecho y hasta le detecto que posee un gusto exquisito en el vestir pues su minifalda se ha subido y bien podría decirse que tiene unas piernas fenomenales que uno aspira a saber en dónde es que terminan. Es una lástima que dada mi incontinencia no pueda si no salir huyendo hacia el baño, y sin embargo luego de que resucito de la urgencia encuentro a la damisela esperándome afuera un poco incomoda disculpándose por lo de antes. Ella cree que lo que le humedeció la minifalda fue el trago que se vacío sobre la mesa, ni detecta el olor a orina que trasluce y que me da licencia para decirle muy a prisa que se tome la píldora del día después por si acaso, porque según sé los espermatozoides que no se usan se los libera en la orina y yo llevo una sequía de tres meses sin consumar el acto, de todas maneras si la dama tiene sus hormonas en orden y su vida quizá si hubiese ocurrido la concepción se bien que ese nuevo ser le procurará sacarla de ese vicio, pero yo si estoy perdido. Hip!  

miércoles, 1 de noviembre de 2017

DEFICIENCIAS

Por Charlie

El hombre trata de suplir lo corto de su pene con un suntuoso auto.

A la mujer le pasa algo parecido y suple la falta de intelecto con la belleza.

Para eso el Tapita que se las da de genio crea una prueba contra posibles infieles y opera de la siguiente manera:

PARA HOMBRES: la mujer pone una mano en el testículo izquierdo y le ordena al hombre que tosa, si el testículo da un salto es que el hombre es infiel.

PARA MUJERES: el hombre le ordena a su pareja que cierre los ojos, si la mujer los cierra pero abre la boca, la mujer es infiel.

Y como nuestro impulso primigenio es el buscar amor, algún terapeuta nos convence con qué para recibir amor, primero hay que darlo.

Y con lo malentendimos que somos confundimos a un poco de damiselas que luego del ejercicio del amor nos presentan sus facturas y nosotros con los bolsillos rotos les suplicamos que acepten nuestro compromiso de irles a lavar los platos ¡pero cómo si todo el mundo come! No puede ser que luego tengamos que vender papeletas con sorpresas para pagarnos las revolcadas, el Tapita feliz se pone a escribir cartas de amor sin haber amado, el César se pone a traficar con manzanas de caramelo y yo tenga que vender mi sangre tipo raro en el comercio de la salud, por eso soy tan débil, como extraño que acá no haya un banco de esperma pues de eso me sentía lleno.